Por: Juan Daniel Correa Salazar
@juandanielcorrea
@musica_creativa_de_colombia
Foto: Francois Mori/AP
11 de junio de 2020
Dedicado a Anderson Arboleda y todo Puerto Tejada (Cauca)
¡Indignados!
Es emocionante ver al mundo unido por una causa. La protesta es válida. Me sumo.
Nueva York, Londres, Sídney, Pretoria, Edimburgo, Hong Kong, París, Tokio y Puerto Tejada.
George Floyd, emblema global; Anderson Arboleda, mártir local. Las razones son las mismas: brutalidad, abuso policial, ignorancia y racismo. Uno murió asfixiado con una rodilla en el cuello; el otro a punta de bolillazos por, supuestamente, incumplir la cuarentena. ¡Qué horror!
Ni el coronavirus detiene al pueblo. La humanidad está dolida y se ha manifestado.
Esperemos que sean tiempos de cambio; sigamos luchando, no dejemos que se apague nuestro grito de inconformismo.
Hay retrocesos, ¿cómo no?, sobre todo, en este momento con Trump, semejante papanatas, bocón y depravado en el poder de los Estados Unidos. No obstante, que lindo es cantar “I’ll never go back to Georgia”, sabiendo que claro que se puede volver, siendo de cualquier color y raza. Además, que nunca se nos olvide que un negro ya llegó a la presidencia; cuánta falta nos haces Barack Obama. Mucho menos que, lejos del “imperio americano”, Mandela demostró que no hay sueño imposible, ni maldad suficiente, para detener a quienes dan la vida por la libertad.
Lo que está sucediendo hace parte de esta historia humana que se repite y se repite. En 1975, así lo cantó Bob Dylan (qué bien por los video-lyrics):
Increíble, hermosa y triste poesía. Hurricane tenía todo para ser campeón mundial; terminó convertido en un animal tras las rejas:
Here comes the story of the Hurricane
The man the authorities came to blame
For somethin' that he never done
Put in a prison cell, but one time he could-a been
The champion of the world
En Colombia la discriminación racial, la segregación y la arbitrariedad por parte de las “autoridades” (totalmente entrecomilladas) es pan de cada día. Charles King, el palenquero fino, también ha podido ser campeón mundial de boxeo. Menos mal colgó los guantes, y se dedicó a cantar. En el camino se ha encontrado con más de un “tombo jodón”:
“Bicarbonato, bicarbonato, bicarbonato… y haciendo muecas”. El gomelo champetúo promete que pronto sacará el video-lyric de esta canción tan poética, desconcertante y espléndida como la de Dylan. Qué tragedia y comedia a la vez la que encarna la cocaína en este país de doble moral. En Cauca, en Puerto Tejada, donde yace frío e inerme el cuerpo de Anderson Arboleda; en Bogotá; en Medellín; en Cartagena – la ciudad más “elitista” del país – donde, hay que decirlo, desde hace semanas en el barrio en el que vive la estrella de la Champeta (y en varios más) los cuerpos de los muertos por COVID-19 duran tres, cuatro y cinco días sin ser recogidos ni por la Secretaría de Salud, ni por ninguna “autoridad” competente. ¡Ay mundo desigual!
Por eso, no nos callaremos:
¡Qué viva el puño en alto!, ¡Qué vivan George Floyd y Anderson Arboleda en nuestros corazones!, ¡Qué viva la humanidad enardecida!
Y:
¡Qué viva nuestra Colombia negra!
Sintonícense con la playlist del Gomelo Champetúo:
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