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¡Ay!, San Andrés, Providencia y Santa Catalina

Actualizado: 25 ene 2021

Por: Juan Daniel Correa Salazar

@juandanielcorrea

@musica_creativa_de_colombia


Noviembre 19 de 2020


Esta columna es un homenaje – y una invitación a seguir apoyando – al grandioso archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. La foto de la portada la tomé hace un año desde la mágica “Ketlina”, Santa Catalina. La vista es de la bahía de Santa Isabel entre ella y Providencia. ¡Ay!, como nos duele hoy saber que el devastador huracán Iota destruyó todo a su paso.

Como lo hacen los náufragos desde tiempos inmemoriales, en esta ocasión arrojamos un mensaje de SOS en una botella, para que se sumen a la causa. Acá pueden hacer sus donaciones (en forma más directa dándole click a la botella):




Para tranquilidad de todos, la colaboración está en buenas manos. Si no, que lo diga el gran JOTA ART, hermano de corazón y uno de los más maravillosos artistas que ha adoptado el archipiélago:


En 2019, junto con él, Hety y Zambo, Ethel Bent, Judith Ibañez, Mishellee Taylor, Sara Cervantes, Camilo Ballen, Andrés Ruiz, Daniel Parra y todo el combo de BE ENERGY hicimos la primera Feria de Energía, Arte y Sostenibilidad en la isla de San Andrés:


No contentos con ello, repetimos la historia en la hermosa Providencia, donde se sumaron los increíbles Elkin Robinson, Baba y Ángela Celis:

Ojalá se repita. Hoy más que nunca las islas requieren Energía Limpia y Música; mucha, mucha, Música. Afortunadamente eso es lo que tienen, y toneladas, para entregarle al mundo. Ya verán, más pronto de lo que piensen, Elkin Robinson lo sabe, volverá a brillar el sol en el zenit:


No presento imágenes de la devastación; esas las pueden encontrar fácilmente en línea. ¡Qué triste! Es la cruel realidad de un mundo en desequilibrio. La naturaleza nos está hablando, lo está haciendo a gritos. Lastimosamente, gracias a la irresponsabilidad humana, estos catastróficos fenómenos tienden a aumentar con el paso del tiempo. No hay de otra, a levantarse y a prepararse. Seguro el archipiélago y sus habitantes saldrán fortalecidos de esta debacle. Para ello, además de trabajar unidos y de que todos – adentro y afuera del territorio – tomemos conciencia de la importancia de la sostenibilidad, se necesita mucho amor:


Joe Taylor, brother, estamos contigo y con toda la people de Providencia. También lo estamos con nuestra gente sanandresana. Allá tenemos una hermosa, y muy poderosa, voz:

Job Saas, y su latido del corazón (Heartbeat), nos recuerda que así nos encontremos en la mala, la vida es linda y siempre habrá espacio para el amor. ¡Vamos con toda, my friend!

Que estas líneas sirvan para subir el ánimo, y para que todos nos pongamos las manos en el corazón: ¡Apoyemos al archipiélago! no necesariamente a través del canal que indicamos aquí; cada uno lo puede hacer de la manera que se le ocurra. Comenzando por no contaminar, ponerle cuidado al tema de la polución, tratar de usar transportes limpios, ahorrar energía; y, claro, consumir música isleña.

Tampoco se trata de realizarlo en estos días y olvidarse. Volviendo al mensaje en la botella, no hay afanes, como lo puso en su magistral cuento De cómo un pirata y un loro con falacias y argucias, me hicieron naufragar en esta isla (Providencia), el maestro de maestros René Rebetez:

El destino del relato es tan ignoto como el rumbo de mi propio barco. Es un mensaje sin urgencias ni prisa por llegar. Seguramente habré de embotellarlo y arrojarlo al mar, porque ese sistema peregrino, tan popular entre los náufragos, nunca ha fallado: los mensajes así enviados llegan siempre a su destino, días o siglos después, naufragando a su vez en algún lector desconocido.

Así es esta columna, amigos náufragos y lectores.


Continúen en sintonía con la Playlist del Gomelo Champetuo:



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