Por: Juan Daniel Correa Salazar
@juandanielcorrea
@musica_creativa_de_colombia
28 de Mayo de 2020
La música de fondo es clave cuando escribo. En las últimas semanas – y hace muchos años – me han acompañado las sinfonías de Mozart. Hoy, por cambiar, me pasé a las sonatas de Beethoven.
Cuando estoy sin rumbo (que es varias veces por semana) acudo a los clásicos: Bob Dylan, Bob Marley, David Bowie, Soda Stereo, Charly García. Pongo “play” y, aunque siga sin encontrar el camino, o la verdad de la existencia, me tranquilizo. Me siento parte del mundo; ratifico mi amor por haber nacido humano en este tiempo.
Seguro me hubiera gustado mucho también haber estado aquí en 1969, año en el que el hombre llegó a la luna, nació Sui Generis, Space Oddity y “Major Tom” despegaron; y George Harrison y los Beatles nos regalaron esta maravilla:
Hay algo, seguro que lo hay. En el viento, en tu mirada, en la calle; en la música. Entre líneas, se encuentran los prodigios. Lo mejor de los tesoros es descubrirlos, sabiendo que estuvieron escondidos.
En Colombia tenemos la fortuna de vivir entre joyas. A veces lo olvidamos.
Si no le hallan sentido a la vida, tomen aire, conéctense. Y vayan a la fija:
La reina del bullerengue qué bonito que canta con sus penas alegres. Así es la vida, Petrona. Ni negra, negra; ni blanca; ni siquiera color de rosa. Es como es.
Sigan la conexión con la playlist del Gomelo Champetúo:
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