Por: Edgar Morales "Morse" y Juan Daniel Correa Salazar
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@juandanielcorrea
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Abril 6 de 2020 Foto: @armandorecords
Texto escrito en el año 2008 para la apertura de la icónica discoteca bogotana
Armando nació en Bogotá, Colombia, hijo de don Raimundo Fuentes y Patricia Ríos, de clase media capitalina y con una que otra costumbre "cachaca" un poco mal aplicada. Su infancia transcurrió entre las incorporaciones de Funk y Disco en los Merengues de Wilfrido Vargas, la Salsa de La Fania All Stars y el Rock, que sin duda fue su gran pasión, influenciado, sobre todo, por su tío Jaime “el despelucado”, a quien la familia Fuentes siempre consideró como un loco de atar, y no fue gratis que se ganó el apodo de “La fuente insaciable”.
Artistas como Led Zeppelín, Pink Floyd, The Rolling Stones, The Who, Iggy Pop, Lou Reed y, sobre todo, David Bowie eran los preferidos de Jaime. Siendo Armando su sobrino predilecto, lo sentaba largas tardes a oír una y otra vez a sus maestros, a sus guías espirituales… y morales. Sin duda fue gracias a ellos que Armando tomó la decisión de convertirse en un enfurecido cantante. Así, acompañado de su guitarra, enloqueció a más de una chica del barrio, se ganó la envidia y los celos de los más malandros y fue, poco a poco, constituyéndose en una estrella en potencia.
Guiado por la luz del zenit, y por una constante y testaruda búsqueda de la vanguardia musical, hace ya un tiempo atrás, abandonó la capital colombiana para probar suerte en Londres, de donde venían sus más marcadas influencias musicales, y, por supuesto, las del insaciable y despelucado tío Jaime.
Con su carisma y talento – y su swing bogotano –, Armando logró rápidamente entrar y establecerse en el medio londinense en donde se le reconoció su actitud intensa y su portentosa voz. Grabó un disco con la banda Stray Dogs con quienes alcanzó el éxito en el 73, llegando a figurar en las carteleras británicas y tocando en Festivales como el Knebworth, el Cristal Palace y el mismísimo Glastonbury junto a grandes de la música como Joe Cocker, Eric Clapton y su más admirado ídolo: David Bowie, con el que compartió más de un backstage. En el mejor momento musical, su banda tuvo que disolverse por el abuso de los zapatos, el alcohol, las drogas y la fiesta.
Pero, como siempre tuvo esa estrella pintada entre los ojos, su cuarto de hora de fama con los Stray Dogs le permitió hacer contactos en Londres, Liverpool, Birmingam y Hamburgo. Gracias a su arrolladora personalidad y a su ferviente pasión por los nuevos sonidos, logró convertirse en manager y representante de artistas. Capoteando más de un inconveniente con los cables y una que otra riña de fans desesperadas, con un tacto único en su labor, realizó toques en todos los bares del Reino Unido y gran parte de Alemania promoviendo sus mejores bandas entre las que se encontraban proyectos nacientes en esa época como The Smiths y Roxy Music. Grabó discos, consiguió contratos millonarios, anduvo de gira por tres continentes; y, desde entonces, ha sido conocido como Armando Records, el nombre que lo inmortalizó en la industria musical.
Luego de un tiempo, en una de sus visitas a la ciudad que lo vio nacer, Armando, después de unos buenos shots dobles de aguardiente, quedó sorprendido por los ritmos autóctonos y las fusiones latinas, y por sus delirantes sonidos. Bailó Salsa, Cumbia, Bullerengue y Champeta, recordando su niñez y proyectándose como el músico que nunca ha dejado de ser. Y, en el momento en el que las estrellas brillaron con mayor fuerza en el cielo de la ciudad de las centellas, se encontró en la pista de baile con Beatriz, su media y casi entera naranja, por la cual decidió dejar todo lo que tenía en Londres, compró un edificio en la 85 arriba de la 15, arrendó los primeros pisos y dejó el penthouse-solar para vivir como lo venía haciendo: en medio de la rumba de una gran cuidad.
¡Armando Records ha vuelto y lo ha hecho para quedarse! Nos trae lo que todos esperábamos: cultura musical y buena vibración.
"Armando", por más de una década, ha sido epicentro de la escena independiente en Colombia; y escenario de históricos conciertos; en la foto, uno de los recitales del maestro Charles King (2015):
Foto: Hanz Rippe Gabriel
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