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Suerte Campeón

Actualizado: 26 abr 2023

Por: Juan Daniel Correa Salazar

@juandanielcorrea

@musica_creativa_de_colombia


Sónido fresco, técnica y táctica para enfrentar las derrotas y no morir en el intento

Bogotá, Colombia, 26 de abril de 2022


“Entre más entreno más suerte tengo” máxima de la sabiduría popular atribuida a varias leyendas del deporte. Muy cierta. Aunque a mí, últimamente, no me aplica: ando entrenando más que nunca y no hago sino perder. Será porque no soy campeón. Alguna vez lo fui. Y, claro, mantengo viva la esperanza de volver a serlo otra vez.


A los verdaderos campeones sí que les funciona. No hay otra manera de triunfar en la alta competencia que darle, darle y seguir dándole.


Hoy les traigo a cinco que están haciendo la tarea como es. Por separado ganan; y cuando se juntan se convierten en mucho más que la suma de las partes:


SANTINO AMIGO - GUITARRA Y VOZ

JEAN PAUL MEDROA - TECLADO Y COROS

SANTIAGO ARAGÓN - BAJO

SEBASTIAN BARRENECHEA - GUITARRA

MATEO NOVOA – BATERÍA


Ellos son: ¡Suerte Campeón!


Grandes en Perú. Pronto también en Latinoamérica, y más allá. Luchadores, adolescentes, soñadores. Entienden que:


Los problemas pasarán,

pero no sé cuándo acabarán


Por eso, Miran al cielo y le piden un deseo, ¡Oh!, ¡Oh!, ¡Oh! Así comienza su nuevo, y muy recomendado, LP: El mundo es un lugar horrible con detalles hermosos. Título acorde con el estilo y el enfoque de estos limeños que no sólo no le tienen miedo a cantarle a sus problemas, sino que han hecho de estos la justa causa de su batalla musical. Además de tremendos músicos, son filósofos:


No hay nada más triste que pensar

Que eres genial

Pero la verdad

Es que eres un idiota más

Todos los días pisas mierda

Todos los días te caga una paloma


¿Quién no pisa mierda todos los días?


Canción que, de a poco, te llega al alma y se te pega. Además, te acuerda que así es el deporte, la música y la vida.


Si no que lo diga Julio Correal, ya que está de moda hablar de los Guns N’ Roses en Colombia, tras confirmarse el lleno total que tendrán en octubre en su regreso, esperamos que sea triunfal, al estadio El Campín. No se sabe si es buena noticia o un mal presagio. La última vez que anunciaron su presencia en estas tierras, como cabeza de cártel del Festival Estéreo Picnic 2020, llegó una pandemia a enlodarlo todo. Y la primera vez que tocaron en Colombia, ¡Ay, Dios! no fue una sino diez mil palomas las que cagaron a los organizadores del evento:

Julio, hermano, cómo lo sentimos. Menos mal hoy podemos reírnos. Yo, que era un adolescente, con un poco menos de años que los que tienen hoy los Suerte Campeón, estuve ahí en el público. Nunca olvidaré las lágrimas de emoción mezcladas con lluvia ácida cuando se desgajó el cielo bogotano justo en November Rain. Después devino el caos y la confusión: ¡Todos los días te caga una paloma!


A mi una y diez mil veces. En la música aún me acuerdo como si fuera hoy cuando trajimos (porque tarde o temprano llegó) a Colombia a Fafa Monteco de Superfunk hace unos veinte años atrás. Habíamos vendido cerca de 1,800 boletas y había otros 2,000 locos haciendo fila para comprarlas en la taquilla y entrar al evento (para ese momento de nuestras vidas, unas cifras portentosas), cuando nos enteramos de que el hombre no llegó al país. Si la historia de Correal es truculenta, esta, de sólo pensar en ella, me causa escalofríos. En ella participaron políticos innombrables, sus hijos, presentadoras de TV, una secta de ravers con chupos y máscaras que se hacían llamar los “Candy Kids”, una banda de extorsionistas, la Policía, el Ejército y el mismísimo Armando Records, antes incluso de establecerse en Bogotá. Bien vale la pena contarla en otro capítulo con pelos y señales. Ya llegará la hora de hacerlo. Por el momento la mencionamos para reiterar que es verídico aquello de que a diario te cagan las palomas.


¡Qué mierda! Me escusarán los puristas del purismo y de las buenas costumbres, por utilizar la expresión, que no los de la Lengua: con esta palabra termina una de las grandes obras de Gabriel García Márquez: El coronel no tiene quien le escriba. Pues bien, los verdaderos campeones son los que más la han comido, los que más tropiezos han tenido, y los que han sabido superar las adversidades. Qué lindo que es el deporte y el arte. En su Viento Idiota (Idiot Wind), Bob Dylan lo pone así, al referirse a uno de sus admirables personajes:


In the final end he won the war

After losin' every battle


No hay que desanimarse. El triunfo está construido por infinidad de derrotas. Hay que seguir, sin desfallecer. La vida no es sólo color de rosa y el camino es culebrero:


¡Llevo arrastrando todos los errores que cometí a inicios de abril y de la mano voy caminando con el diablo vestido de blanco!


Me identifico. Como la existencia, la obra de estos muchachos es honesta e irónica. Es real. Que bien que haya quienes no le tengan aprensión a decir lo que sienten y qué mejor vehículo que la música para hacerlo. Más que campeones infalibles, estos personajes son humanos, de carne y hueso, como todos. El verdadero arte, el más sublime, está lleno de imperfecciones.


También han tenido buena fortuna, y mucha. Música Creativa de Colombia le hizo esta pregunta a cada uno: ¿Cuándo has tenido suerte, campeón? A lo que respondieron:


Santiago:

En los 5 años que tuve vesícula con piedras y comía harta grasa, en ningún momento explotó, me llegué a operar, pero fue preventivo y salí vivo, pura adrenalina esos 5 años comiendo grasa.


Mateo:

Cuando gané una guerra de bandas a los 15 años y creí que podía ser músico toda mi vida XD


Santino:

Cuando mi hijo nació bonito


Jean Paul:

Con mi algoritmo de YouTube y Spotify


Sebastián (Mazu):

Cuando de bebé tuve un accidente en la carretera, el carro se dio mil vueltas, todos salieron volando por la ventana y yo aparecí al costado del carro sin ninguna marca. Desde ahí sé que soy el favorito de Dios


Bendecidos de Dios nosotros que hoy podemos escucharlos y que tenemos la suerte de verlos jugar:

“¡Quédate conmigo, aunque sea una noche más!” Suerte Campeón, quédense con nosotros por mucho tiempo más. Los necesitamos, sobre todo en las noches más oscuras:


Tengo un amigo al que no le está yendo muy bien…

Pasa los días lamentándose por problemas ajenos a él…

Me llama a las tres de la mañana diciendo que se va a volar la cien…

…yo le digo:

¡Todo va a estar bien!


Tengo un amigo que me contesta el cel a las tres, le cuento todos mis problemas y él me escucha hasta las seis

Tengo un amigo más fuerte y valiente de lo que podré ser

Me dice que hay más opciones que cortarme con la Gillette,

y me dice:

¡Todo va a estar bien!


Lindo. Grandioso descubrimiento. Música Potente. ¡Todo va a estar bien!



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