Por: Juan Daniel Correa Salazar
@juandanielcorrea
@musica_creativa_de_colombia
Abril 2 de 2020 Foto: Omar Díaz (@beatzofallnationz)
¡Encerrados!
Agobiados por una pandemia. Nadie la vio venir. Todos estamos en las mismas: ¡Desconcertados!
No nos queda más remedio que aguantar. ¿Quién sabe cuánto tiempo más? Cada cuál reacciona a su manera. Tuvimos que esperar a que llegara el virus para que mi papá, callejero incansable, se sentara a escribir. ¡Qué maravilla!
Gracias al temible enemigo exportado al mundo entero por los chinos, hoy podemos deleitarnos con: un bailador en cuarentena, la columna de Daniel Correa Senior. El hombre ya dijo: “esto no para acá: viene Flamenco de ida y vuelta, y mucho más”. Si no la han leído, ni han gozado con sus referencias en video; si no se han tomado un traguito de ron en sus casas y lugares de reclusión que, seguro, en la mayoría de los casos, no son cárceles, disfruten: París, la ciudad luz; Nueva York, capital del mundo; y del cielo, Cali, la sucursal.
Así es la vida.
En este momento lo que necesitamos es paciencia:
Los “mechudos” de Los Ángeles, como se los di a conocer a mi hija, a través de la música, han entrado de lleno en su pequeño corazón, y en el de millones. El arte es inmortal. Me parece que fue ayer cuando en uno de mis primeros encuentros de frente con la apoteosis de la música en vivo, después de llorar de emoción porque llovió en November Rain, justo en ese noviembre de locos en Bogotá (1992), todo se descontroló. En comparación, hoy estamos preparados para resistir al coronavirus; qué locura la que generó la cancelación – por aguacero y falta de techo en la tarima – del tan anhelado espectáculo. Fueron tales los desmanes que por décadas estuvo prohibido hacer conciertos en El Campín. ¡Ay, días aquellos, en esta demente ciudad!
Paciencia. Pronto vuelven. Confío en que el Festival Estéreo Picnic, como está programado, se lleve a cabo en diciembre. Ahí cantaremos – ojalá sin máscaras – al unísono:
"All we need is just a little patience"
Hermosa palabra y concepto. Ideal para estos días. Paciencia es lo que tiene un gran amigo en la isla de San Andrés; mi pez, Job Sass:
Eso es vida sana, “healthy living”, my friend. Los corales respiran, las rayas vuelven a nadar en grandes cardúmenes, las tortugas, iguanas y caimanes retornan a árboles y palmeras, los “manawar” surcan los cielos, Johnny Cay, Rocky Cay, Haynes Bay y hasta Spratt Bay, sanan. Este “desastre” mundial es una bendición para la naturaleza. ¡Qué merecido respiro!
La música de Job Sass, “The Farmer Singer” también lo es. Reggae Roots desde la preciosa y delirante San Andrés:
Respiren.
Denle "Play" a la Playlist del Gomelo Champetúo:
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